lunes, 29 de septiembre de 2008

LA LIBELULA







Cuando la vi. ya no pude parar, y ese instinto de furia animal, que en los hombres ayuda a perpetuar los hechos vandálicos me empujó al acto que nunca consumé.

Me detuve extasiado contemplando sus ojos que reflejaban, todo un mundo de inocencia y ternura. Me perdí en su mirada hipnotizante “como un enamorado que no cree en el infortunio” enfundé de nuevo el puñal de sarcasmos que había desenfundado para atacarla.

Entonces me dispuse a comprender la escena, que se abría espacio delante de mis ojos. ¿Quién lo creyera? Yo que hasta ayer había sido el más satírico de los seres, hoy estaba embullido en una nebulosa de sueños nobles; toda mi historia se había cambiado en cuestión de segundos: ¿Qué me había pasado? ¿Será que en mis crímenes anteriores nunca había contemplado la victima, a los ojos? ¿y? si es así, ¿será que los crímenes y las guerras, lejos de ser una ceguera racional, son la ausencia de una mínima contemplación al otro?. Lo cierto es que yo estaba transformado y me había dispuesto a metamorfizar el mundo, para hacerlo totalmente distinto. Donde no haya lugar para los genocidios, las guerras estupidas y los crímenes sin tregua.

En mi intento por cambiar la realidad global, comencé transformando la mía, desde la mirada de ella: por lo menos era un buen principio, y, si fracasaba en mis intenciones, me quedaba el consuelo de mi mundo distinto.

Volví la mirada hacía ella para contemplar de nuevo sus ojos pero, ya se había marchado

Así son las libélulas llegan con cada verano a transformar a los hombres que las miren a los ojos y se van con las primeras lluvias.


Por: Jhonny polo

1 comentario:

Anónimo dijo...

TIENES UNA FORMA EXCEPCIONAL DE EXPRESAR TUS PENSAMIENTOS POR MEDIO DE HISTORIAS SENCILLAS PERO DE CONTENIDO PROFUNDO Y MAGICO.. CREO QUE ESTE ES EL MOMENTO JUSTO EN QUE DEBI LEER TUS CUENTOS,MI QUERIDO E ILUSTRE PENSADOR.
BG